viernes, 23 de diciembre de 2011

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- No me da miedo admitir como soy. 
Nací así, con lo bueno y lo malo. Los pequeños detalles son los que me hacen realmente feliz, vivo el mundo a mi manera y no me avergüenzo de ello. Siempre estoy dispuesta a ayudar hasta a las personas que mas daño me han echo. Todavía soy inocente, por las tonterías cometidas y las decisiones equivocadas. No suelo abrir mis sentimientos a cualquiera, aunque eso haga que lo pase mal, me los guardo, solo para mí, es mi peso y de nadie más. Sé que tengo errores, la perfección es algo que nunca ha existido, es un producto más, creado por la imaginación. Tenemos una idea totalmente diferente sobre los demás, sobre cada persona. Eso hace que lo inesperado sea una sorpresa. De esta manera, con mis defectos y mis virtudes, sigo hacia adelante, sin mirar atrás, sin desviarme al pasado, conseguiré  aproximarme cada vez más a la razón de mi existencia. Y superar los baches de un largo camino.

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